Desde hace un tiempo estoy desayunando Avena nocturna hecha con salvado.
La preparación es facilísima, por cierto se llama así porque es un desayuno que se prepara por la noche y está listo para degustar a la mañana siguiente.
Solamente lleva yogur desnatado y dos cucharadas de salvado de avena, lo curioso es que cuando el salvado de avena reposa con el yogur, libera su gelatina y le da una consistencia cremosa y espesa al yogur que parece que te estés comiendo un yogur griego extra de nata, además sacia un montón y mantiene a raya el apetito.
¡Ojalá lo probéis!
Mirad que fácil:
Mezclamos dos yogures con dos cucharadas de salvado de avena (yo le añado edulcorante).
Una vez mezclado lo pasamos a un recipiente con tapa
Cerramos la tapa y a la nevera
Lo de la tapa es ideal porque así el yogur no coge los sabores ni los olores de los otros alimentos que tengáis en la nevera, además cuando lo sacas a la mañana siguiente puedes tal cual echarlo al bolso y comerlo en la oficina.
A lo que voy, cuando lo abráis se habrá obrado el milagro, tendréis un delicioso yogur cremoso con trocitos blanditos de salvado de avena.
Para decorar y acompañar le añado unas bayas de goyi que le aportan un toque crujiente y dulce; las bayas las podéis dejar reposar también durante toda la noche, pero yo prefiero que no se hidraten y le aporten el toque crunchi.
P.S No hace falta que lo dejéis toda la noche en la nevera, pero si un mínimo de tres horas para dar tiempo a que la avena actúe.
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